Libro raro, por poliédrico y desprejuiciado que explica, con hechuras de posmoderna pesadilla -más Lynch que Kafka-, una trama político/policiaca en el marco de los primeros años de la transición. ¿Una historia de espionaje patrio, grises contra rojos, qué tiene de raro? que lo ha escrito un Javier Calvo mitológico y furioso, cantando un consistente pasado paralelo (con meteorito incluido), que de alguna manera comprende zonas oscuras que ahora nos afectan, como una radiación residual.
Calvo no puede amar a sus personajes, criaturas indecentes o directamente feas, traídas al mundo como agentes provocadores de una transformación más basta e impenetrable que lo que todas sus capacidades concentradas puedan concebir, destinados a sucumbir, sin esperanza alguna, a sus propias maquinaciones. Los mezquinos tejemanejes de los hombres por mantenerse en el poder o conservar o molestar cierto orden chocan aquí, como el misterioso meteorito (el cadáver de Franco o presagio tumoral? sugiere Jung errando), con un mandato mayor, imperturbable, geológico: la españa democrática se cumplirá sobre el cadáver de la españa soñada, o lo que es lo mismo, el cambio será sólo una muda de piel y el cuerpo conservará su esencia reptiliana, inicua: españa es siempre el mismo suelo, silenciosa drenará la sangre derramada, no hará preguntas ni llorará a sus amantes malparados, al fin y al cabo es de piedra el insensible corazón del dolor.