25 may 2012

Hablando de psicópatas


No puedo recomendarles Sopa  de Miso de Ryu Murakami (Seix Barral, 224 páginas) porque no les conozco, y no se si tienen problemas de corazón  o de vejiga. Otra cosa es que ya hayan soportado algo de Dennis Cooper, así estarán curados de espanto. Pero no nos libremos todavía de esta palabra: Espanto. No encontrarán nada más en estas páginas, no hay coartada de suspense ni denuncia social soterrada, sólo asco y asombro, sólo a Frank, el asesino más acojonante que yo haya leído nunca campando a sus anchas por los barrios bajos de Japón, un Uri Geller salido de las sombras que,  a falta de cucharas, dobla cuerpos y voluntades humanas a su antojo. Terrorífica creación, pero ya les digo, no se la recomiendo.



En cambio si que puedo recomendar una pequeña obra maestra de la rabia que es El inventor de palabras de Gerard Donovan (Tusquets, 248 páginas), casi una oda a la venganza, un libro conciso que fácilmente se puede leer en dos tardes, del que no diré nada pues, además de disparos, pocas cosas más pasan. Y sin embargo, aún resuenan en mi oído los estampidos de escopeta (¿o eran rifles?), con el eco de la buena literatura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario