17 may 2012

Murakami, hijo mío


Ficha policial

Nombre: 1Q84, libros 1 y 2 ( Tusquets editores, 737 páginas)
Autor: Haruki Murakami
Delito: Aburrimiento con Alevosía

Informe:
Esperaba el momento idóneo para hincarle el diente. Desde navidades, cuando me lo regalaron, que salivaba, el libro en el estante, inmaculado, regordete, con la promesa de una tercera parte, me llamaba, sabía mi nombre y mis más bajas pasiones, y yo me dejaba querer... El momento de 1Q84 llegó a mediados de marzo, junto a una carta de despido. De repente tenía un montón de tiempo disponible y ningunas ganas de gestionarlo.


Me abandoné a Murakami y, hoy, un mes y medio después puedo decir que me siento traicionado, herido, utilizado y muy, muy confuso. Los motivos de mi enojo son paradójicos, y sospecho que Murakami buscaba esa irritación en mí, como lector, y que esta vez ha retorcido el mero placer de la lectura para ofrecer un panorama difícil, trabado, como una especie de experimento cruel con un pájaro hermoso.


Por supuesto, es una obra maestra, si eso significa que es la obra de un maestro, pero no me parece redonda, ni mucho menos. Apoyándose en una lógica sutilmente retorcida nos adentra en un mundo terrorífico donde los protagonistas, a medida que, perezosamente, avanza la trama,  deben cuestionarse no tanto  la moralidad de sus actos como la perturbadora posibilidad de que tal moralidad no exista,  pues a su alrededor ésta parece abolida ,y paulatinamente los despoja de motivos, racionales o emocionales, para lo que sea que estén llevando a cabo (no voy a contaros nada), como si tras el impulso inicial la energia necesaria implosionase y  luego sólo la inercia de un sentimiento de fatalidad los gobernase. Los paisajes interiores de los dos protagonistas son  minuciosamente desmenuzados, con cuchilla y cronómetro ( parecida a la cuchilla que Mankell utiliza con Wallander) y una galería de secundarios los vehiculan hacia la extrañeza del mundo de las dos lunas (ups, se me ha escapado). El final (semifinal?) del libro es poéticamente perfecto, elevado y sencillo como un haiku.


¿Qué es lo que te ha irritado entonces? os preguntaréis. Primero los malos, la Little People (odio hasta el nombre), ya he dicho que no he leído la tercera parte pero hasta ahora me parecen una creación mediocre, exige demasiada suspensión de la credibilidad, un gasto extra de oxígeno que de momento no ha valido la pena. Y segundo, me ha cansado hasta la extenuación la reiteración de algunas imágenes, escenas y soliloquios interiores. No voy a entrar en detalles. Para no abandonar el libro he intercalado la lectura de 1Q84 con El abuelo que saltó por la ventana y se largó ( Jonas Jonasson ) y Crimen de autor (Gregg Hurwitz). Son los tres, libros provechosos.


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